Hogar del horror: fugas, drogas y miedo en La Merced
Una aspirante a policía evitó un robo a plena luz del día en La Merced y destapó una historia que escandaliza al Valle de Lerma. Los delincuentes eran dos adolescentes que se habían fugado del Hogar Apapachar, una institución para menores que funciona en pleno centro del pueblo, frente a la plaza principal.
La joven, estudiante de segundo año en la Escuela de Policía, enfrentó a los agresores cuando intentaban robarle el celular a un hombre. Logró reducirlos hasta que llegó la fuerza, pero su heroísmo dejó al descubierto un problema más grande: ese hogar acumula fugas, denuncias y episodios violentos desde hace años.
Vecinos aseguran que los internos se escapan con frecuencia, consumen drogas en la plaza e incluso venden estupefacientes a menores. Las denuncias nunca prosperan y los jóvenes regresan a la institución como si nada.
Creado en 2009 con la promesa de ser un “espacio terapéutico”, el Hogar Apapachar se convirtió en un foco de inseguridad. Sin control, sin supervisión y con el silencio del Estado, funciona como una puerta giratoria del delito juvenil.
La historia de la aspirante que actuó con coraje se mezcla con otra mucho más oscura: la de un sistema que hace agua por todos lados y que, lejos de rehabilitar, termina incubando la violencia que dice combatir.