El Corredor Bioceánico, en jaque: Argentina se frena mientras Paraguay y Brasil avanzan a toda máquina
El megaproyecto del Corredor Bioceánico de Capricornio, que promete conectar el Atlántico con el Pacífico y posicionar a Sudamérica como un eje logístico global, sigue empantanado del lado argentino. Mientras Paraguay, Brasil y Chile ya muestran obras terminadas o en marcha, en nuestro país los avances se limitan al papel.
Salta, pieza clave del trazado, enfrenta una realidad doble: el Gobierno provincial anunció que recién en febrero de 2026 comenzarán las mejoras en la Ruta Nacional 51, con una inversión de 300 millones de dólares, pero los demás tramos —como la Ruta 34 o la Ruta 54— están abandonados.
En el Chaco salteño, las comunidades originarias mantienen cortes en La Gracia, mientras el río Pilcomayo amenaza con llevarse parte del trazado. Los caciques advierten que “si no pueden frenar la erosión en cien metros, menos podrán hacerlo con toda la ruta”.
La falta de consultas a pueblos indígenas es otro punto crítico. Desde el Encuentro Mundial del Chaco Americano, se exigió una “consulta libre, previa e informada” para todas las comunidades afectadas. Además, propusieron crear un Fondo Indígena Permanente financiado con los peajes del corredor, destinado a salud, educación y proyectos productivos.
Mientras Paraguay ya invirtió más de 700 millones de dólares y proyecta concluir sus obras el próximo año, en Argentina aún se discute la financiación. Salta podría ser el nodo logístico más importante del norte, pero si no hay acción real, quedará otra vez mirando el progreso desde la banquina.